¡Tantas cosas dan vueltas a la vez en mi mente! Es como un torbellino de ideas, un vaivén de emociones - que no dejan de salir como pueden - y traen mis días en subidas y bajadas constantes. Trato de estar bien para mis hijos, pero ellos se han dado cuenta de que no estoy bien, se preocupan. Intento ser honesta -en la medida de lo posible- con ellos, les explico que está bien sentirse mal y está bien dejarlo salir, que, así como yo lloro quisiera que ellos lo sacaran también. Vamos a necesitar apoyo de un psicólogo. Todos en esta casa. Entre la culpa de que mis papás no estén bien, la preocupación de que él esté bien, y la angustia de que a nosotros no nos pase nada. Además de que la vida sigue y hay que chingarle más que nunca.
Busco claridad, busco paz, busco seguridad. Me queda claro que es un proceso paulatino, porque me parece tan difícil ahora encontrar todo eso dentro de mí. Dios me ilumine. ¡A darle!
- La oveja negra -
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