Decidida.
Y aquí estoy,
sola,
pero conmigo.
Tan llena de mí.
Tan llena de amor.
Tan llena de paz y agradecimiento.
Termina un año y sólo puede sentir una gran felicidad que inunda mi ser.
Esto es vivir.
Vivir en agradecimiento.
Vivir en plenitud.
Y me decido a aferrarme a este sentimiento,
a qué sea mi motor para este inicio de año.
A saber que siempre puedo volver a mi.
Que yo soy mi mayor refugio.
Que yo soy amor, luz y paz.
¿He aprendido a amarme?
Puede ser que si.
Al menos me siento mas cerca de ahí.
Decidida a volver a mí siempre que lo necesite.
Sabiendo que puedo. Que soy capaz.
Que nada me detiene.
Que yo construyo de manera consciente mi destino y sé que grandes cosas aún están por venir.
Decidida a tocar mis sueños.
A romper la barrera del no puedo.
Del no debo.
Decidida a darlo todo, a no quedarme con nada.
Decidida a descubrir.
Decidida a probar.
Decidida a ser yo:
la que es libre y auténtica,
la que es bella y generosa,
la que sonríe y abraza,
la que lo entrega todo.
Decidida a confiar en mí misma.
A ser mi mejor porrista.
A no dejar de admirarlo todo,
a creer en la bondad del otro.
Decidida a amar.
Decidida a ser feliz.
Decidida a vivir plena y presente.
... y agradecida siempre.
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