Parece que busco involucrarme en situaciones para sentirme culpable: me he enredado en cuatro y no sé como salir de ahí. Sí, cuatro al mismo tiempo. No quisiera juzgarme a mi misma, pero obviamente no puedo evitar el repetirme lo putísima que soy.
No puedo negarlo, sí, lo gozo; disfruto probar diferentes labios, coquetear, platicar, provocar, ¡conectar de tantas maneras! No todo es coger, se puede tener una linda conexión sin cruzar los límites corporales; pero a final de cuentas traigo a cuatro rondándome de vez en vez: unos más frecuentemente que otros; unos lo hacen mejor que otros -cabe señalar- y también a unos los quiero más que a otros, uno me gustan más que otros, unos están más ricos que otros, a unos lo conozco más que a otros, unos están más chavos que otros (mucho muy); unos son mas interesantes que otros, unos son más guapos de otros...
Y pues así, a veces pasa en la vida que te topas con cuatro y ni uno es realmente el que quisieras que fuera; aunque sabes perfectamente que es por que sigues eligiéndolos donde no es.
Límites, No sé poner límites.
Es complicado decir que no, no puedo o no quiero decir que no.
¿Por qué no quiero? ¿ego? ¿falta de autoestima? ¿soledad?
¿Qué me hace falta para darme cuenta que me basto a mí misma?
¿Será temporal? Tendrá que serlo.
¿Como terminar?
Valor. Me falta valor.
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