Aprendiendo a estar sola.
Me abrumo, y mis hijos lo sienten.
Me estreso, y mis niños lo recienten.
Me agoto, me duele, y mis hijos se preocupan.
Las emociones a flor de piel, yo pierdo el control de mi misma y dejo de fluir.
No hay orden, demasiadas responsabilidades, muchos pendientes: escuela, trabajo, casa, tareas, comida, muebles, eventos, clases… Todo está revuelto en mi mente y no encuentro orden.
Sí puedo. Todo sale. Tiene que…
Vamos a estar bien. Estamos bien.
“Estoy sola porque quiero, porque yo así lo elegí” Me retumban sus palabras como ladrillos pesados que caen sobre mí. ¿Será cierto?
Todo esto es muy abrumador. Siento que no puedo, a veces me trueno.
Hoy es día de aprender. Aprender a organizarse, a darse un respiro, a detenerse unos segundos y respirar, antes de arrancarse en primera.
Agradecer, siempre agradecer.